lunes, 31 de enero de 2011

Dicen que cada día es más difícil entrar a la universidad, no solo porque no hay suficiente dinero para pagar una privada (esos deberían sentirse privilegiados), sino porque los puntajes ICFES no alcanzan para la pública. Y no es que los puntajes siempre sean malos (como es casi siempre y en general) sino que la competencia es dura. Más y más chicos de colegios privados están optando por la Universidad Pública como su opción de estudio, y no se les puede quitar ese derecho; la UniValle es “la mejor para los mejores” y si ellos tienen los puntaje para ser admitidos (pues siempre los tienen porque sus colegios son Excelentes, y me consta) merecen estar allí.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer? No tenemos dinero para pagar una privada (al menos no el 90% de nosotros) y mucho menos para pagar un colegio privado (esos salen más caros que las universidades, y también me consta). Tal vez la clave está en saber cómo educar a los jóvenes empezando desde niños (pero a los que ya se les paso el tiempo toca desde jóvenes).

Darles, desde el principio, las oportunidades de estar bien formados (a pesar de estudiar en un público) no es cuestión de sumas exorbitantes de dinero, es más cuestión de saber aprovechar lo que se tiene a la mano. Y creo que no va de culpas solo para un grupo implicado sino para todos: estudiantes, padres, profesores y Directivos (sí, directivos con mayúscula). Porque para mejorar las cosas hay que empezar desde arriba, con buenas planificaciones y gestiones que de rienda suelta a la permeación del conocimiento en las aulas de clase. Hay que entender que todos los que estamos antes de los estudiantes somos los medios para alcanzar el fin último que son estos.

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